Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan, aunque instintivamente ya teníamos la percepción de que pasar tiempo al aire libre es bueno para nuestra salud, para obtener los mayores beneficios en terminos de reducir los niveles de cortisol (la hormona responsable del estrés) es suficiente con estar entre 20 y 30 minutos sentado o caminando en un entorno natural, incluso un parque dentro de la ciudad sirve. Y ya no se trata de hacer ejercicio al aire libre, hacer excursiones, barranquismo, senderismo…. con estar en medio de la naturaleza quienes vivimos en entornos urbanos… es suficiente.
Estar en entornos naturales es bueno para todos, es beneficioso para nuestra salud… deberíamos tratar de propiciar estos encuentros en la naturaleza, promover las salidas a la naturaleza… potenciar los espacios verdes dentro de las ciudades, potenciar las vacaciones en entornos naturales, promover el turismo rural y también el vivir en espacios rurales… es muy importante que algo que tenemos al alcance de cualquiera pueda convertirse en un hábito para mejorar nuestra salud, como quien decide comer menos grasas, más frutas y verduras…
Y esto es importante que lo hagamos sobre todo con los niños, los que más queremos, los más pequeños, ellos serán quienes diseñen las ciudades del futuro, quienes promuevan las jornadas más reducidas, el trabajar menos días por semana, ellos deberán potenciar la vida en los pueblos, en medio del campo ahora que casi todo lo podemos hacer online… excepto esos encuentros con la naturaleza, pues en este casi ni el Netflix ni el mejor televisor 4k puede conseguir nuestro objetivo.
Los niños son muchas veces el motivo por el que algunos consumidores se acercan a lo ecológico y optan por llevar los primeros productos ecológicos a casa. En algunas ocasiones vemos como algunos padres realizan en nuestra tienda sólo la compra para la alimentación de los más pequeños (cosa que todavía nos sorprende)como si hubiera una edad por debajo de la cual se prescribieran los productos ecológicos, sanos, naturales… hasta que una vez pasada esa edad…. tdoso esto salte por los aires.
Los niños son lo que más queremos, procuramos darles lo mejor, tenerlos siempre cerca, alimentarles con los productos más sanos y naturales, si es posible preferimos que seamos nosotros (o sus abuelos) quienes les alimenten en su día a día… tratando de huir de los comedores escolares, o de los establecimientos de comida basura… Hemos de reconocer que este extraño 2020 ha conseguido algunos de estos objetivos aunque haya sido por obligación… nos toca mantener la tensión y los compromisos adquiridos en este tiempo.
Somos conscientes de que no queremos cualquier cosa para los pequeños de la casa, no queremos cualquier leche, cualquier pan de molde, cualquier chocolate, cualquier pescado, cualquier verdura… Aunque el compromiso debería ser más a largo plazo y no sólo durante los primeros años de su vida: podemos y debemos luchar para que se aumente la superficie de producción ecológica; podemos y debemos luchar para que se eliminen según qué publicidades de alimentos poco o nada saludables en horario infantil; podemos y debemos luchar para que los lugares de comida basura no estén al alcance de los más pequeños (casi como ocurre con el alcohol). Los pequeños nos importan, hacen que cambiemos nuestros hábitos, nuestros lugares de consumo, nuestro tiempo libre, nuestras visitas a la naturaleza… porque queremos lo mejor para ellos y, aunque no nos demos cuenta… porque ellos también quieren lo mejor para sus padres (pues hay que reconocer que lo que es bueno para ellos… también lo es para nosotros).
Estar en un parque, en un bosque, en un monte, en un río… sólo estar… es bueno para nuestra salud, es bueno para nuestro día a día, es bueno para la salud de todo el planeta.