En estos días estamos viviendo atónitos lo que está pasando en La Palma, una isla más cercana a muchos de nosotros de lo que pensamos por la cantidad de plátanos que ponen en el mercado todas las semanas. Porque La Palma es la segunda isla productora de plátano, del plátano de canarias, el único plátano ecológico que se comercializa en Bio Bio y en muchas otras tiendas ecológicas de nuestro país.
En el caso del plátano, como en el de muchos otros cultivos, pasa un año y medio desde que se plantan las semillas hasta que producen la primera cosecha… y todo el terreno que ahora está amenazado por las coladas de lava son terrenos en los que crecen plátanos… por lo que por muy bien que vayan las cosas se trata de una catástrofe que durará varios años en el mejor de los casos para muchos productores. Las cenizas pueden hasta ser beneficiosas pero… las hectáreas de terreno comidas por la lava… no serviván ni para vivir ni para plantar en el futuro.
Estos días en muchas explotaciones de plátanos se afanaban por recoger lo que podían, los últimos frutos quizá, a pesar de las restricciones, de los cortes de carreteras… cuando la tierra es el medio de vida… esto que está ocurriendo es incluso peor que perder una casa… pues la tierra de cultivo difícilmente puede cambiar de lugar sin más.
Muchos han sido ya los famosos que se han lanzado a pedir que se consuma plátano de Canarias… nosotros no vamos a ser menos, pero… no es sólo el plátano es todo lo que hace que nuestros agricultores y ganaderos vivan y sobrevivan día a día. Tenemos que potenciar el comer frutas y verduras y carnes y leches y vinos y cereales… lo más cercanas posibles, porque detrás de cualquier producto que llega a nuestra mesa hay familias, hombres y mujeres y niños y niñas para quienes lo que nosotros comemos es su vida, es su futuro, es su esperanza.
El plátano de Canarias es el medio de vida de muchos palmeros y canarios… es el medio de vida ahora amenazado por un volcán dormido que esta semana ha despertado.
Seguiremos viendo estas imágenes, casi acostumbrándonos a ellas… pero sin olvidar que detrás de los ríos de lava había hasta antes de ayer campos, plantaciones, casas, carreteras, cultivos, pastos, Vida con mayúsculas que estos días se nos escapa entre los dedos ante la mirada atenta e impotente de todos y todas, expertos, periodistas, turistas, curiosos y sobre todo palmeros.