Si todos los habitantes de la tierra vivieran como los españoles, durante los primeros 5 meses del año 2021 se habrían consumido todos los recursos que entre todos tardamos en consumir un año según la National Footprint and Biocapacity Accounts. Pero lo curioso es ver si si todos vivieran como en Qatar se habría alcanzado esta cifra en mes y medio, sivivieran como en Australia… en tres meses, si vivieran todos como en China… en seis meses, si vivieran todos como en Perú… en 9 meses y si vivieran todos como en Ecuador, en prácticamente un año. ¡Benditas desigualdades que nos permiten seguir donde estamos!
Las desigualdades son evidentes entre los países Pero, ¿qué estamos haciendo con el progreso que implica que para vivir con nuestro nivel de vida sea necesario que otros muchos vivan mucho peor que nosotros, consuman mucha menos energía, compren muchos menos alimentos, consuman muchos menos bienes, tengan muchos menos vehículos por habitante? Algo está fallando en este sistema, ¿no os parece?.
Los recursos que en 1970 consumíamos entre todos en un año… ahora los consumimos en 7 meses, osea que a estas alturas… ya no nos quedaría nada por consumir. El 29 de julio fue el día en que agotamos todos los recursos correspondientes a 2021. #OverShootDay
Progresamos, avanzamos, nos desarrollamos… pero parece que no hemos dado con la clave que nos haga consumir menos para ser más sostenibles, para desgastara menos el planeta, para ser menos derrochadores, menos consumidores compulsivos…
A veces nos parece que las soluciones a estos problemas sólo pueden venir desde arriba, desde los gobiernos, desde los grupos de poder a nivel internacional… y mientras ellos no hacen nada, nosotros simplemente esperamos que se resuelva un problema que intuímos que nos sobrepasa.
Pero no es así. Si cada uno de nosotros, cada habitante de la mitad de la población más rica llevara a cabo tres sencillos cambios a nivel individual y familiar… seríamos capaces de retrasar esta fecha del agotamiento de los recursos globales nada menos que 32 días… un gran paso… para lo cual sólo deberíamos llevar a cabo tres sencillas práctivas: prevenir el desperdicio de alimentos en nuestro día a día, preferir alimentos de origen vegetal y optar por alimentos de origen ecológico. Tres sencillos cambios que ayudarían a cambiar la situación en la que nos encontramos.
En cuestión de emisiones, cambiar nuestra alimentación hacia una más sostenible podría llevarnos a las emisiones de 20 años atrás, y en el caso específico de España podríamos incluso volver a las emisiones de los años 70.
No podemos seguir un ritmo de vida que sabemos que no es sostenible, no podemos seguir esperando grandes respuestas de gobiernos e instancias internacionales, no podemos seguir observando cómo no somos capaces de invertir la tendencia.
El año 2020 de la pandemia supuso un retroceso a niveles de hace 10 años… un pequeño respiro… pero tenemos que ser capaces de cambiar esta tendencia y para ello son necesarios gestos individuales a partir de los cuales el sistema decida realizar cambios mucho mayores.
Es necesario apelar a las razones del corazón: si queremos a nuestros hijos y nietos más que a nosotros mismos… necesitamos cambiar de forma inmediata algo tan sencillo como nuestra forma de comer.