El mundo al revés

A veces parece que vivimos en el mundo al revés, un mundo en el que sólo los que tratan de producir de forma ecológica, respetando la tierra, respetando el medio, volviendo a las semillas antiguas, recuperando formas de producir de nuestros antepasados, escuchando las necesidades de la tierra, respetando los ecosistemas… tienen que demostrarlo y tienen que cumplir normas, que son sellos, que son gastos… cuando al resto… nadie le exige ni indicar aquellos productos tóxicos que van en nuestra comida… A veces lo que queremos o necesitamos no es lo que promovemos o incentivamos… realmente es el mundo al revés.

En estos días venderemos algunos de los últimos pollos ecológicos de Aragón, concretamente de Albalate del Cinca, algunos de los mejores pollos que hemos vendido en los últimos años, sólo porque la administracion del Gobierno de Aragón no ha querido atender las necesidades de una familia para poder aumentar la producción de forma que pudieran compensar su esfuerzo (recordar que para que tengamos pollo de una pequeña explotación en nuestra mesa alguna familia trabaja de lunes a domingo… durante todo el año sin atender a vacaciones, festivos…). Pero curiosamente se dan todo tipo de ventajas a grandes grupos productores que prometen empleo, prometen producción y aseguran que lo harán todo respetando el medio en el que se instalan… fundamentalmente para ganar dinero. Es el mundo al revés. Curiosamente se les envió a los directivos del Gobierno de Aragón un pollo a cada uno que seguramente comieron pero que no ocasionó ningún comentario.

Pero es que en Europa también vivimos en el mundo al revés cuando las Ayudas de la PAC no distinguen en ningún momento el tipo de producción. Los productores ecológicos quieren que la PAC les premie antes que a otros modelos intensivos, sencillamente porque la producción ecológica es un sistema que cuida, respeta, piensa en el futuro, es sostenible… cuando la producción tradicional hace todo lo contrario, en manos muchas veces de unos pocos que desde sus despachos sostienen las producciones para ganar y ganar dinero. De hecho se están dando ayudas a productores para usar fertilizantes y fitosanitarios… cuando hay alternativas ecológicas para no usarlos en la producción agraria.

En estos momentos España es el primer país europeo en extensión y producción ecológica, el 10% de la superficie agraria ya es bio, con 2,4 millones de hectáreas, tras incrementarse en un 3.5% anual en el 2020 en plena pandemia. pero el objetivo de llegar al 25% de la superficie bio… aún está lejos.

Es importante tener en cuenta dónde estamos y dónde queremos ir, aunque a veces para ello tengamos que perder, tengamos que invertir más para producir mejor, tengamos que investigar para recuperar semillas antiguas, tengamos que estudiar cómo sustituir los fertilizantes y fitosanitarios por otras formas de controlar las plagas, las sequías, los cambios del clima que cada vez tenemos más cerca.

No tenemos que vivir en el mundo al revés, aunque casi siempre sea más fácil.

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