Nos creemos superiores al resto y… hasta puede que lleguemos a creernos, todos, que efectivamente lo somos. Superiores a todos los que quieren llegar a nuestro país, a nuestra Europa. Superiores a todos los que necesitan salir de esta situación de pandemia sobrevenida pero que no tienen suficientes recursos económicos para comprar vacunas cuando ésta está siendo la única solución posible a esta situación tan surrealista. Superiores a todos los países que sin ser responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero… sufrirán sus consecuencias por vivir a nivel del mar, por depender de los cultivos de la madre tierra.
La vida es muy curiosa pues nuestras emisiones son las responsables de gran parte de las migraciones, migraciones que tienen como origen nuestros países, a pesar de lo cual en ningún momento nos planteamos permitir que se instalen aquí tan fácilmente y por eso endurecemos nuestras leyes migratorias, favorecemos discursos xenófobos y nos reímos del cambio climático dejando siempre para mañana lo que podríamos haber hecho hoy (en Glasgow). Realmente nos creemos superiores.
Sólo nos gustan las opiniones que nos permiten seguir viviendo como vivimos… de ahí que ante la polémica del consumo de carne para frenar el cambio climático… no queramos escuchar las opiniones expertas que de forma evidente relacionan el consumo de carne con el cambio climático (100 gr de carne de res requieren 1.480 litros de agua… mientras que 100 gramos de alubias sólo 103 litros de agua… para proporcionar las mismas proteínas), porque queremos seguir viviendo como vivimos, no queremos cambiar una industria cárnica que puede que esté mal orientada según nos dicen la inmensa mayoría de los expertos.
Vivimos muy bien, a costa de otros muchos, muchísimos, que viven muy mal, que se mueren de frío estos días ante nuestras fronteras, que se mueren ahogados estos días ante nuestras costas, que se mueren de hambre estos días en los campos de refugiados que hemos montado, que se mueren en sistemas sanitarios colapsados y sin posibilidades de tener una primera dosis de una vacuna de la cual aquí ya vamos por la tercera cuando los mismos expertos que hace un año escuchábamos todos los días varias veces y marcaban nuestra forma de actuar ante la pandemia hoy nos dicen que esta escalada de dosis vacunales en nuestro mundo global es absolutamente indecente.
Estamos ya planificando el fin del año, deseamos que 2022 sea mucho mejor que 2021, pero… olvidamos que gran parte de nuestros progresos los estamos haciendo porque somos superiores, porque podemos decidir sobre nuestro futuro sin mirar a nuestras fronteras, porque vivimos realmente por encima de nuestras posibilidades, porque nuestro consumo energético, nuestro consumo de alimentos, nuestro consumo en general y nuestra basura en particular ya no cabe dentro de nuestras fronteras.
Nos creemos superiores al resto pero… ¿lo somos?
Necesitamos cambiar nuestra forma de pensar, pensar en las periferias, en las fronteras, pensar en las consecuencias de nuestras emisiones, pensar en nuestros hijos y nietos… pero también, aunque sea más difícil, en los hijos y los nietos de los habitantes del Amazonas, de los habitantes de Afganistán, de los habitantes de las islas del Caribe… porque puede que los dirigentes y sus equipos que estos días se han reunido en Glasgow hayan pensado en sus hijos y nietos (muchos de ellos ya tienen nietos) pero estos pensamientos no les han llevado a ser exigentes, a ser ambiciosos… quizá porque tanto ellos, como sus hijos y también sus nietos… son superiores al resto… ahí está el problema.