¿Estamos cambiando nuestra relación con los alimentos?

Después de dos años de pandemia es el momento de preguntarnos cómo cambiarán algunos de nuestros hábitos tras estos dos años en los que hemos cambiado nuestra forma de vivir, nuestra forma de divertirnos, de compartir con los demás, de celebrar nuestros cumpleaños, nuestros finales de curso, nuestras jubilaciones… y nuestra forma de alimentarnos también.

Ya sabemos que los hábitos sociales han cambiado, los lugares de reunión, el número de comensales… También ha cambiado la dedicación al deporte, el uso de la bicicleta, los paseos por la ciudad. También hemos cambiado nuestra forma de viajar, nuestros destinos turísticos, hemos vuelto a los pueblos, hemos redescubierto el turismo rural y los campings.

Una de las cosas que estamos cambiando es nuestra forma de comer y de comprar. La compra oline, también en alimentación, ha crecido mucho, pero también notamos cómo se han cambiado algunos hábitos de consumo, sobre todo durante los momentos más crudos de la pandemia: se han descubierto las cestas de productos de temporada, se vuelve a los mercados y tiendas más pequeñas al sentirlas también más seguras, se mira más hacia los productos naturales, saludables y ecológicos…

Si de la gripe de comienzos del siglo XX se salió haciendo del deporte una práctica habitual de forma individual y colectiva… de la pandemia de comienzos del siglo XIX puede que salgamos descubriendo que la alimentación tiene que volver a situarse en el centro de nuestra vida, una alimentación en la que primen los productos de cercanía, las frutas y verduras de temporada, los productos ecológicos… poco a poco vayamos sustituyendo algunas de las carnes más tóxicas… por productos más naturales, más sanos y menos intoxicados por hormonas y antibióticos que luego terminan en nuestro organismo. Pensamos sobre todo en el pollo, pero también en el cerdo, en la ternera…

En esta pandemia hemos notado mucha más gente acercarse a la alimentación vegetariana, también al veganismo, pero sobre todo hemos notado mucha más gente preocupada por lo que ha estado comiendo hasta ahora.

De esta pandemia salimos con más ganas de comer en casa, a veces comida que se pide a domicilio pero otras veces comidas preparadas con mimo, con cariño, con buenos ingredientes, con el sabor de siempre. Se realizan cursos de cocina, se regalan experiencias gastronómicas… ¿puede que estemos ante un cambio importante en la forma de comer en nuestro país?

Sea como sea tenemos mucho trabajo que hacer los que promovemos otro tipo de alimentación, pero qué duda cabe que mucha gente está hoy más predispuesta que hace un par de años a cuidarse, alimentarse mejor, consumir de otra forma y cuidar también del planeta. Estamos ante una nueva forma de relacionarnos con los alimentos.

Puede que todo esto sea sólo un sueño de quien abre cada mañana una tienda de productos ecológicos… pero un sueño que sería muy bueno para todos… un sueño en cierto modo necesario para cumplir algunos de los retos que tenemos en este siglo.

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