Decrecimiento

No parece discurso más adecuado para un periodo electoral pero… es muy posible que el decrecimiento sea la clave de los próximos años. Cada vez hay más evidencias y hasta los más contrarios a este tema, hasta la propia Unión Europea, hablan ya de lo que puede ser el futuro que ya tenemos delante de nosotros.

España se seca y, aunque pocos hablaban de esto hace unos meses o unos años, porque parece como si de repente se hubieran dado cuenta los expertos, los ministros, los responsables de las organizaciones agrarias, es muy evidente que no hay agua para mantener nuestros regadíos, casi ni siquiera para mantener nuestros cultivos de secano, esos que se sostienen gracias a las ayudas de la PAC muchas veces y que este año van a dar la sorpresa de ponernos ante el abismo de la falta de producción en nuestro país y también en muchos otros.

La buena noticia es que… realmente no es necesaria tanta producción porque en torno al 14% de lo que producimos no llega a nuestras mesas y porque más del 17% de los productos que compramos se tiran a la basura después de haber pasado por nuestros platos y en muchos casos sin llegar a ellos. Esta realidad nos deja un poco más tranquilos pues quizá no sea necesaria toda la producción que este año definitivamente no vamos a tener; en realidad sobra mucha producción y decrecer nos podría dejar con lo que necesitamos y empeñados en no desperdiciar tanto. Frutas, hortalizas, cereales, olivos… todo el sector primario está viviendo la que posiblemente sea la peor sequía desde que hay registros porque, aunque no lo parezca, estamos en el mes de abril con temperaturas de verano y sin lluvia en el horizonte (aunque por lo que nos dicen los agricultores ya podría llegar la lluvia en los próximos días o semanas que… de poco serviría).

Ante esta realidad tenemos que darnos cuenta de que debemos encarar el futuro desde el decrecimiento que supone colocar la producción en su justa medida pues no por producir más vamos a vivir mejor… quizá todo lo contrario.

Pero en periodo electoral se firman grandes contratos, a Aragón llegan grandes mataderos, grandes firmas porcinas de esas que tienen que buscar tierras despobladas para poder asentarse (por algo será), llegan promesas de regadíos que nunca podrán cumplirse, llegan ayudas agrícolas que nada tienen que ver con la realidad. El sector primario, el que nos da de comer, está muy preocupado y todos nosotros deberíamos estarlo porque aunque no se habla de la alimentación si no es para hablar de los precios… quizá el problema de la falta de agua sea mucho más grave en el futuro que el de la vivienda o incluso el de la sanidad.

Hace mucho tiempo que se habla de que tenemos que estar preparados pero nos hemos perdido en planes, proyectos, borradores, subvenciones y nos hemos olvidado de prepararnos todos para decrecer, para producir menos, para tener menos, para vivir… mejor. Porque en definitiva quienes hablan de decrecer hablan de mejorar nuestro estilo de vida, de tener más tiempo para lo importante, de vivir más pausadamente aunque para ello tengamos que renunciar a determinados lujos que, dicho sea de paso, sólo pueden tener muy pocos.

La sequía que este año vamos a vivir puede que sea la antesala de un cambio real en nuestras vidas. ¿Estamos preparados para decrecer, para vivir algo peor de lo que vivieron nuestros padres?