El verano ya llegó, ya llegó.

Empiezan las esperadas vacaciones de verano, un verano que, aunque no lo parezca, ya llegó (como decía la canción)… dejándonos claro que el cambio del clima es una realidad y que muy a nuestro pesar nos va a costar revertir la situación a la que hemos llegado a pesar de tantos planes ecológicos que ahora salen a la luz (aunque también habría que hacer un análisis de todos ellos pues no todo lo que se denomina verde, ecológico, renovable… tiene por qué ser de primeras sostenible, basta ver los debates de los molinos eólicos en algunas zonas de Aragón).

Este verano se nos ocurre que podríamos tener en cuenta algunos aspectos que enunciamos brevemente:

  • En verano, por tener de una forma más evidente mayor contacto con la naturaleza, deberíamos pensar en el impacto natural de las cosas que hacemos, de nuestros viajes, de nuestras basuras, de nuestros kilómetros, de nuestras rebajas… porque todo ello tiene impacto en el planeta.
  • En verano, debemos tener cuidado con el sol, nuestra fuente de vida, pero al mismo tiempo un astro del que debemos protegernos con solares que tengan filtros físicos, que no introduzcan en nuestro organismo nanopartículas que no sabemos dónde irán… todos los cosméticos que nos ponemos nosotros y nuestros hijos deberían ser examinados con lupa.. quizá podríamos analizarlos en alguna de nuestras tardes de relax veraniegas. Aunque también tenemos que tener en cuenta que necesitamos del Sol, que es nuestra fuente de vitamina D, una vitamina muy necesaria y que está reñida con ir siempre embadurnados de solares.
  • En verano tenemos que tener mucho cuidado con nuestra alimentación, nuestro deporte, nuestro relax también… necesitamos de este tiempo una vez al año para parar, pensar, respirar, cuidarnos, comer bien, hacer deporte… pues lamentablemente el resto del año a veces no podemos… no hagamos del verano un nuevo periodo de estrés…
  • En verano podemos cuidar nuestras relaciones personales, amigos, familia… están más cerca y merecen un poco más de atención, sin prisas, sin relojes…
  • En verano podemos leer, y mejor si lo hacemos en papel, leer novelas, artículos, reflexiones, periódicos, columnas… todo vale, con tal de saborear las letras que a veces se nos atragantan durante el resto del año.
  • En verano tenemos que disfrutar de los amaneceres, de los atardeceres, de las lluvias, del sol…

¡Feliz verano!

Disfrutad, pensad, reflexionad… porque muchas de las cosas que están pasando ahora… dependen de nosotros… y de las que ocurrirán después… también.

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