Huele a humo

Huele a humo. Huele a montes y campos desatendidos por el hombre preocupado en sus tecnologías, en sus estudios medioambientales, pero sordo a los consejos de los mayores, los que siempre cuidaron los campos ayudados por el ganado, la agricultura y la mano de obra amiga.

Huele a humo porque el fuego llega desde donde nadie espera, un pequeño cristal, una chapa, una máquina trabajando con estas temperaturas, puede ser el peor enemigo de quienes viven en el campo, en medio del monte, en medio de la naturaleza salvaje y nunca domesticada.

Huele a humo y todavía existe la duda de que un fumador haya tirado una colilla sin apagar en cualquier parte, porque da igual que se tire en una papelera, en la calle, en una carretera, en un camino… esto sí que es algo que debería ser imposible de imaginar… pero sigue siendo la causa de alguno de los incendios que asolan nuestro país.

No obstante es bueno tener memoria, hacer memoria, ejercitar la memoria y recordar que ha habido años muy malos en cuanto a incendios se refiere en nuestro país… (en este link podéis ver el balance de los incendios en España en los últimos años: https://www.epdata.es/datos/incendios-forestales-datos-estadisticas-cifras/267)

El fuego y el verano están unidos, el fuego y el campo, el fuego y la ganadería, el fuego y la agricultura. A veces llega a las casas como está ocurriendo en estos momentos, pero en el 99% de los casos son los montes, los campos de cultivo, las huertas, las viñas las que se ven afectadas, el sudor y los sueños de agricultores y ganaderos que estos días vemos como son capaces de arriesgar su vida por no perder su medio de existencia.

Hoy huele a humo mientras los políticos hacen planes de futuro, los alcaldes repiten que los fuegos se apagan en invierno y los más mayores siguen exigiendo un plan integral para el cuidado de los montes, los campos, los bosques… que nunca llega.

A este ritmo la España vaciada será también la España calcinada y entonces… ya no habrá vuelta atrás. Pasará de nuevo como en la Palma. Unos días de provincias como Zamora, Ourense, Zaragoza o Salamanca en las portadas… y luego para siempre olvidadas. Como ocurrió con el volcán. Como ocurre siempre.

En estos días muchos se juegan la vida. Pero… ¿quién se acordará de quienes lo perdieron todo a final de año?, ¿quién será capaz de generar nuevos recursos para quienes vivían de la tierra, del paisaje, del turismo, del ganado?

Huele a humo mientras lamentablemente una ONG ha tenido que ir a dar de comer a los bomberos en un país que ni está en guerra, ni está en bancarrota ni ha perdido el norte… ¿qué está pasando? Porque el hecho de que una ONG tenga que dar de comer a los bomberos en un país en el que todos los años se queman miles de hectáreas… es preocupante. Muy preocupante.

Las olas de calor y el peligro del fuego están poniendo en peligro el campo, más que nunca, están poniendo en peligro el sueño de muchos por permanecer en la tierra para vivir de ella… cuando parece que los verdaderos valores que apoyan las instituciones están, lamentablemente, tras una pantalla, sobre metros cuadrados de asfalto, en las grandes ciudades…. ¿qué está pasando?