Los precios de los alimentos están subiendo. Según la FAO están en máximos históricos, acercándose en sus índices a los precios que alcanzaron en los años 2011, 2012 o 2013, aunque quizá de esto ya nos hemos olvidado.
El incremento del precio de la energía, de los abonos y fertilizantes, de los plásticos y cartones… hace que los productores no estén siendo capaces de trasladar las subidas impresionantes de costes a los consumidores. La organización agraria COAG habla de un alza del 100% en los fertilizantes, del 300% en la energía, del 50% en los plásticos o del 25% en los piensos para el ganado.
Pero desde la experiencia de quienes hablamos directamente con los productores, con los artesanos, con el punto cero donde empieza la historia de un producto… creemos que las grandes cadenas de alimentación en nuestro país son las que están aprovechando el momento para subir los precios y por lo tanto el beneficio. No creemos que se haya dado una subida en otros puntos de la cadena… quizá sólo en los últimos o en el último, aprovechando el momento para aumentar los beneficios a costa de todos.
Tenemos productores que nos han escrito sintiéndose mal por subir, por ejemplo, 5 céntimos el precio de los huevos… básicamente por la subida del precio de los embalajes. Tenemos productores que subirán el precio del aceite porque han subido el precio de los envases, en este momento latas. En el sector ecológico tenemos la suerte de que no se utilizan apenas abonos ni fitosanitarios, por lo que estamos asistiendo a un equilibrado de precios entre el sector convencional y el ecológico. En el sector ecológico nos encontramos con productores, comercializadores y distribuidores que no quieren aprovechar el momento y que más bien optan por reducir sus escasos beneficios para conseguir que la alimentación ecológica no se vea desplazada en este momento histórico.
En este momento en el que parece que todo vale, en el que se relajan las exigencias de los productos importados por nuestro país en cuanto a transgénicos y pesticidas, en un momento en el que se prefiere bajar la calidad de los productos que llegan a nuestra mesa antes que cambiar el menú, en un momento en el que cualquier excusa es válida para volver a trasladar la solución a los más pobres, a las clases más bajas, a los más débiles… en Bio Bio Zaragoza somos conscientes de las dificultades, las sufrimos con todos nuestros clientes y nos esforzamos por no subir en exceso, soportar ciertas subidas, buscar alternativas a aquellos productos que más se están encareciendo… antes que rebajar la calidad y desde luego nunca los estándares ecológicos que para nosotros son mucho más que un sello de venta, son una ilusión de un futuro mejor para todos y sobre todo para nuestros hijos.
En los momentos de crisis hemos de volver a las legumbres, a las verduras de temporada, a reducir la ingesta de carne, a reducir el consumo de dulces, galletas, procesados… y también alcohol. Podemos reducir muchas cosas de nuestro día a día pero nunca deberíamos dejar de comer sano y natural, pues de ello dependen muchas otras cosas que a la larga también nos ocasionarán gastos.
