En medio del monotema de la pandemia se ha colado estas semanas el problema migratorio, un problema que nunca se va del todo y que de vez en cuando nos alerta con situaciones difíciles, incómodas y de difícil solución, o al menos eso dicen los expertos…
El problema de la frontera con Marruecos, lejos de ser un problema exclusivamente político viene a dejar al descubierto un problema de búsqueda de un futuro mejor de personas, la mayoría menores de edad, que desde muchos países del continente africano ponen en Marruecos su destino para cruzar a Europa. No en vano la película de Adú que ayer pudimos volver a ver nos relata el drama de estos migrantes a los que todos piden demasiadas explicaciones a las que podrían responder en infinidad de lenguas… ¡buscamos futuro!
Detrás de la realidad del campo que tan cercana tenemos las tiendas ecológicas como la nuestra, detrás de lo que comemos día a día hay cientos y miles de inmigrantes que han llegado hasta aquí para cultivar, para recoger, para podar, para empaquetar, para sembrar, en definitiva para hacer posible que luego nosotros comamos, porque son ellos, los que un día fueron migrantes al otro lado de una valla o subidos a una patera o bajo un camión… los que hoy nos dan de comer, y hay que decirlo bien alto. Nohace más el futbolista extranjero por mucho dinero que mueva pues sin la fruta, la verdura, el pan de cada día… poco podríamos hacer.
Son ellos, migrantes, los que también por ese motivo serán vacunados para permitirnos comer sano, saludable, ecológico… comer en definitiva.
Estas situaciones tienen muchas caras, muchas aristas, muchos rostros, pero esto es mucho más que un problema político y diplomático, porque han pasado los que llevan años esperando pasar, los que llevan años viajando desde Somalia, el Congo, Camerún, Nigeria… años viajando y meses esperando una oportunidad al otro lado de una valla, o en una patera o en los bajos de un camión.
Nosotros no podemos dejar de decir que los necesitamos, que quizá por eso deberíamos tratarlos de otra manera, pero que en definitiva buscan un futuro en este lado donde, como hemos visto también durante esta pandemia, afortunadamente todo es diferente.
Pensemos un poco en las manos que cultivan nuestros alimentos porque seguramente serán más oscuras, estarán más marcadas, serán más duras, aunque no correspondan la mayoría de las veces con la edad de quien las tiene.
Feliz semana!!