San Valentín en la agricultura ecológica

Empezamos la semana celebrando San Valentín, una celebración que si queremos la podemos llevar mucho más allá del amor que sentimos por los que tenemos más cerca para llevarla hasta el amor con el que se hacen muchas cosas, sobre todo cuando se refiere al campo, a la tierra, a la agricultura ecológica.

Me viene a la mente el excelente corto de Luis Tosar ‘El Arrepentido’ para una marca de cerveza en el que el camarero tiene que pedir perdón a todos los que están detrás de una sencilla tortilla de patata. Y así conocemos a los productores y productoras de cada uno de los ingredientes de la tortilla que van visitando uno a uno y descubriendo la pasión con la que hacen su trabajo y con la que nos ofrecen sus productos, por sencillos y básicos que parezcan: los productores de patatas, de cebollas, de la sal, el aceite y los huevos.

Los protagonistas de cualquiera de nuestros platos que comemos cada día son ellos y ellas, productores y productoras, que con cariño y pasión elaboran, lo mejor que saben y pueden, los mejores productos que luego llegarán a nuestra mesa. En la producción ecológica damos fe de que ellos y ellas producen con pasión, buscando mejorar cada día, hasta ofrecernos productos llenos de cariño, podríamos decir que de amor.

Celebrar el amor también debería ser celebrar el trabajo bien hecho, la producción con pasión, la vida de hombres y mujeres que han hecho de la ecología su forma de vida yendo muchas veces contracorriente hasta hacer de la ecología su forma de vida.

Comenzamos la semana celebrando San Valentín y no deberíamos pasar la semana sin pensar en quienes con mucha pasión hacen posible que nuestros alimentos ecológicos lleguen cada día hasta nuestra mesa. Uno a uno.

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